sábado, 24 de enero de 2009

5 de Noviembre de 1916, Somme

No puede ser.
El cielo de plomo ha vuelto a convertirse en azabache. Yo sigo aquí, enterrado en vida, atrapado con mis camaradas en estos ríos artificiales de lodo, pólvora y sangre. No podemos salir, fuera no hay nada más que muerte, en donde las ratas roen las entrañas de los caídos. Avispas de metal zumban sobre nuestras cabezas, cortando el aire a su paso con sus mortales aguijones, traspasando la carne y el hueso de aquellos que se aventuran a dar dos pasos.
Al otro lado, atravesando un bosque de rosales de alambre en flor, laten distintos corazones agitados por un mismo miedo, ocultándose a nuestros ojos, como nosotros nos ocultamos de los suyos. Sombras sin nombre se retuercen cuando caen a mi lado, pero sigo avanzando, escuchando el crujir de mis botas contra el suelo como si fuese el restallar de un látigo.
Ahora, sólo puedo pensar en cual de estos será mi último paso.

3 comentarios:

  1. si que te tenia agregado al Reader ^^.

    Pues nada, que me mola mogollón como escribes, la manera de expresarse es como la de un escritor chupi que tiene libros en el corte ingles.

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  2. Gracias, meu, ojalá los editores pensaran como tú xDD.

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